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Cómo prevenir y resolver conflictos familiares durante las vacaciones

Por Jose Ramón Martín

mediación familiar vacaciones

Introducción:

El verano es una época del año en la que muchas familias en España buscan disfrutar del tiempo libre, relajarse y fortalecer los lazos familiares. Sin embargo, también es una temporada en la que pueden surgir diversos conflictos en los hogares. Factores como el cambio de rutina, las altas temperaturas, las vacaciones y la convivencia intensa pueden generar tensiones y desencadenar problemas dentro de las familias.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, alrededor del 30% de los divorcios se producen después del período vacacional de verano. En principio, si una pareja tiene una relación saludable, después de las vacaciones de verano la relación se fortalecerá. Sin embargo, si la relación ya está pasando por dificultades, los días de vacaciones pueden ser determinantes y pueden tener consecuencias negativas cuando llegue el otoño. Estas afirmaciones se respaldan en estadísticas que muestran que durante el verano se toma la decisión de separarse en un 33% de los casos, y uno de cada tres divorcios se produce en el mes de septiembre.

En este post vamos a ver cómo podemos prevenir y resolver conflictos familiares o de pareja durante las vacaciones de verano.

La importancia del tiempo y espacio individual en la pareja:

Cada miembro de la pareja necesita tiempo y espacio individual. Es preciso respetar un tiempo en el que cada uno pueda hacer actividades por separado, ya sea leer, hacer ejercicio o disfrutar de sus propios intereses. Esto permitirá que ambos se recarguen y mantengan su ámbito de privacidad dentro de la relación.

El descanso y la relajación hace que las vacaciones sean un espacio ideal para fortalecer los lazos entre las parejas al fomentar la comunicación y las relaciones sexuales. Cuando por diferentes circunstancias no se da una coincidencia en torno a este tema, se pueden producir sentimientos de frustración y de desconfianza frente al otro. 

Ante las posibles crisis que puedan aparecer durante las vacaciones, hay que enfocar los esfuerzos en encontrar soluciones constructivas en lugar de culparse mutuamente y tratar de buscar un ambiente de respeto, comprensión y empatía. Si es necesario, consideren la posibilidad de buscar ayuda profesional de un mediador familiar para facilitar la comunicación y encontrar soluciones satisfactorias para ambos.

El impacto del cambio de rutina:

Uno de los factores que pueden contribuir a los conflictos durante el verano es el cambio de rutina y horarios. Durante el año escolar, las familias tienen una estructura establecida con horarios regulares para despertar, ir al colegio, realizar actividades extracurriculares y cumplir con las responsabilidades del hogar. Sin embargo, con la llegada de las vacaciones de verano, esta rutina se ve interrumpida y puede generar cierta disrupción en el hogar.

Este cambio afecta a toda la familia. Los padres pueden encontrar dificultades para ajustar sus horarios de trabajo a las necesidades de los niños que están de vacaciones. Al no existir una estructura establecida se hace más cuesta arriba compatibilizar las responsabilidades laborales y familiares. Por otro lado, los hijos e hijas pueden experimentar aburrimiento y desorientación al no tener un horario escolar establecido.

Para abordar esta situación, es esencial establecer una planificación flexible que tome en consideración las necesidades individuales de cada miembro de la familia. Es recomendable establecer horarios de sueño regulares para los niños pequeños, asignar tareas y responsabilidades en el hogar que fomenten la colaboración familiar y establecer rutinas flexibles para las actividades recreativas y de ocio. Mantener una comunicación abierta y discutir las expectativas y responsabilidades ayuda a evitar conflictos y proporciona a los niños un sentido de participación y autonomía.

 

Somos un centro de mediación de conflictos y una escuela de formación

Las altas temperaturas y su impacto en las emociones:

El calor excesivo puede afectar al estado de ánimo y la energía de las personas, lo que a su vez puede aumentar la sensibilidad y el estrés en las relaciones familiares. Las altas temperaturas pueden  dificultar la concentración, causar fatiga y afectar el sueño, lo que a su vez puede aumentar la sensibilidad y el estrés en las relaciones familiares. Estas circunstancias pueden intensificar las emociones negativas, aumentar la irritabilidad y contribuir a la aparición de conflictos familiares. Para mitigar estos efectos, es importante mantener el hogar fresco y ventilado, asegurarse de una adecuada hidratación, vestirse con ropa ligera y adaptar las actividades diarias a las altas temperaturas. No debemos olvidar que cada persona tiene una tolerancia al calor diferente, y es esencial respetar las necesidades individuales de cada miembro de la familia.

Las expectativas y la planificación de las vacaciones:

Las vacaciones son un momento esperado por muchas familias, pero también pueden generar conflictos debido a las diferentes expectativas y presiones asociadas. Cada miembro de la familia puede tener ideas diferentes sobre el destino y las actividades a realizar durante las vacaciones, lo que puede generar desacuerdos y tensiones.

Las expectativas sociales o las limitaciones económicas, pueden aumentar el estrés y las tensiones en torno a las vacaciones. La presión por cumplir con ciertos estándares o por hacer frente a los deseos de otros familiares o amigos puede generar sentimientos de frustración y conflictos internos sobre cómo aprovechar al máximo las vacaciones dentro de las limitaciones existentes.

Para abordar esta situación, es esencial fomentar una comunicación abierta y honesta, escuchar y respetar las opiniones de los demás, y realizar una planificación conjunta que tome en cuenta las preferencias y limitaciones económicas y de tiempo de la familia. Todos los miembros deben tener la oportunidad de expresar sus preferencias en relación con las vacaciones. Escuchar y respetar las opiniones de los demás es fundamental para evitar conflictos y encontrar un equilibrio que satisfaga a todos.

Para concluir:

Si bien el verano puede ser una época propicia para los conflictos de pareja, es posible prevenir y resolver estas situaciones a través de la comunicación abierta, la flexibilidad y el respeto mutuo. La mediación puede ser una herramienta efectiva para abordar los conflictos de pareja y encontrar soluciones constructivas cuando se precisa una persona imparcial que posibilite el diálogo y la comprensión mutua. En última instancia, el objetivo de las vacaciones de verano debería ser fortalecer los lazos familiares y crear recuerdos inolvidables. Aprovechemos este tiempo para disfrutar en armonía y en paz. 

¿Tienes alguna idea más de cómo adaptarse a los cambios que se producen en esta etapa tan esperada? Déjanos tu opinión en los comentarios.

Palabras clave: conflictos de pareja, comunicación, mediación de parejas, mediación familiar, resolver conflictos.

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